¿Has oído alguna vez hablar del “efecto cohete” y el “efecto pluma”? Popularmente se tiene la creencia de que si el barril de petróleo se encarece le sigue un incremento igual en las gasolineras. Bajo esta premisa, se habla de “efecto cohete” cuando los precios se disparan al aumento del precio del barril, y de “efecto pluma” cuando las compañías bajan el precio de forma escalonada, cuando el barril de crudo cae.
Pues bien, el “efecto cohete” está a punto de empezar –si no ha empezado ya-. Los productores de petróleo acordaron reducir la producción a partir de enero de 2017 y cuando el precio de la materia prima va al alza ¿qué pasa...? que las gasolineras trasladan los aumentos con mayor rapidez que cuando se abaratan, así que está bastante claro que los carburantes a lo largo de este año subirán sin duda y teniendo en cuenta que su subida repercute de forma directa en el transporte son ¡malas noticias para el sector!
Un breve resumen: Los precios de la gasolina y el gasóleo han experimentado subidas de hasta el 2% durante las Navidades e inician el año en sus niveles máximos desde agosto de 2015, el gasóleo cuesta hoy un 22,3% más que hace un año.
Durante la primera semana de febrero el precio del litro del gasóleo ha repuntado ligeramente con un incremento del 0,17% respecto al registro anterior y un 0,16% el precio de la gasolina. Si lo comparamos con la misma semana del 2016 el litro de gasolina hoy cuesta un 13,3% más y el de gasóleo un 22%. Una de las consecuencias de este incremento ha sido que el IPC acumule 5 meses consecutivos de subidas.
Pero aún nos queda un consuelo, a pesar de su incremento el precio del gasóleo sigue siendo menor en España que en el resto de países de la Unión Europea. El precio más bajo es en Luxemburgo y el más caro en Suecia. En cuanto al precio del barril de petróleo, continúa en los 55 dólares que alcanzó en el último registro, aunque parece que la tendencia es que poco a poco se aproxime a la barrera de los 60.